La minería informal en Brasil parece no tener fronteras. “Garimpeiro” es un término portugués que puede traducirse como minero informal . Ellos vienen teniendo auge en esta actividad desde el 2005. Actualmente, se calcula en diez mil las personas que contaminan con mercurio los ríos y ahuyentan a las comunidades nativas de la Amazonía en busca de oro, diamantes y otros metales y piedras preciosas.

Debido a la amplitud de la Amazonía, los “garimpeiros” se han extendido más allá de las fronteras de su país. La selva venezolana es, también, un usual centro de operaciones para estos mineros, quienes ya han causado problemas diplomáticos entre ambos países.

La gran mayoría de los “garimpeiros” vienen de regiones de bajos recursos y sin mayores oportunidades económicas. Estos mineros tienen bajo nivel educativo y generalmente son analfabetos o solo tienen estudios primarios, según el investigador Diogo Vallim de Giral Proyecto Vivero de Brasil.

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Foto: Agencia Pública (Brasil)

Las zonas a lo largo del río Madeira son algunas de las áreas de mayor incidencia de estos mineros informales, según un estudio de caso de Vallim. Sin embargo, suelen operar en campamentos temporales junto a todas sus familias.

No obstante las largas jornadas de trabajo que cumplen los “garimpeiros”, ellos difícilmente acceden a mejor calidad de vida. Usualmente extraen oro con máquinas que hacen ruido las veinticuatro horas del día, en condiciones insalubres y están expuestos a múltiples enfermedades.

Brasil vivió un “boom del oro” durante la década de 1980. Es en ese tiempo cuando aparecen los “garimpeiros” que llegaron a ser entre 300 000 y 400 000 en su época de mayor apogeo. Con el posterior declive de la minería, se calcula que actualmente no sobrepasan los 10 000 individuos.